El
Cosmódromo de Baikonur (hoy en territorio kazajo) es la mayor y más
antigua instalación de lanzamiento espacial del mundo.
Baikonur
era el centro de
operaciones del ambicioso programa espacial soviético
desde finales de los 50 hasta los años 80 del siglo pasado.
El
cosmódromo está equipado con
instalaciones completas para el lanzamiento de vehículos especiales
tanto tripulados como no tripulados.
Juega
un papel esencial en el desarrollo y en
la realización de operaciones rutinarias de la actual Estación
Espacial Internacional.
La
fecha oficial de fundación del sitio
se considera el 2 de junio de 1955 bajo el gobierno de la Unión
Soviética.
Se
construyó originariamente como un
centro de lanzamiento de misiles de largo alcance y más tarde se
expandió para incluir instalaciones para vuelo espacial.
A
su alrededor, se construyó una
ciudad para el soporte de la instalación con escuelas, apartamentos
y demás para los obreros.
En
1966 se le dio el título de ciudad y fue llamada Leninsk, más tarde
se
renombró como Baikonur en 1995 –cuatro años después del colapso
de la URSS, en 1991– y se encuentra bajo control de Rusia.
Rusia
arrienda actualmente alrededor de 6.000 kilómetros cuadrados de
territorio kazajo, el espacio donde se ubica el cosmódromo de
Baikonur, un área de lanzamiento en el centro-sur de Kazajistán
desde
la que se dirigieron al espacio el hombre (por primera vez), el
transbordador espacial soviético Burán y acoge también la famosa
estación Mir.
Muchos
vuelos espaciales históricos salieron de
Baikonur:
el Sputnik 1, primer satélite artificial,
el 4 de octubre de 1957; el primer vuelo orbital tripulado por Yuri
Gagarin
en 1961, y la primera mujer que subió al espacio, Valentina
Tereshkova, en 1963.
A
2.500 kilómetros de Moscú, y con
un clima extremo casi todo el año (los termómetros oscilan entre
los -20ºC en invierno y los más de 40ºC en verano),
el cosmódromo está enclavado en un lugar remoto, de difícil
acceso, casi despoblado y hostil para el hombre. Como debía ser,
pues allí se desarrollaban actividades secretas.
Hoy
día, visitar Baikonur se convierte en una experiencia parecida a
hacer un viaje en el tiempo;
los sobrios edificios, las calles o el mobiliario de los hoteles
irremediablemente transportan al visitante a la década de los años
60 del siglo pasado.
La
figura del primer hombre que viajó al espacio, Yuri Gagarin, es
omnipresente en Baikonur, un
santuario para cualquier fan, donde se puede presenciar un
lanzamiento espacial en directo.
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