Los resultados señalan que es tan importante realizar ejercicio como hacerlo de forma rutinaria.
Según
un estudio publicado en PLOS
Medicine, pasar más
tiempo inmerso en una actividad física intensa (al menos más que el
tiempo que pasamos sin hacer nada, por ejemplo mirando la
televisión), se correlaciona con un perfil metabólico más
saludable en la adolescencia. El estudio, liderado por Joshua
Bell, también sugiere que
los efectos metabólicos beneficiosos, dependen en gran medida de
cuan reciente sea la participación en dicha actividad.
Si
bien se conocen los vínculos entre la actividad física y los rasgos
metabólicos, la mayoría de los estudios anteriores carecían de
datos a lo largo del tiempo. En su estudio, del cual participaron
1.826 voluntarios, el equipo de Bell y sus colegas analizó la
actividad física en 3 ocasiones distintas durante la adolescencia,
cuando tenían 12 años, 14 años y 15 años. Esto permitió a los
investigadores comparar la importancia de la actividad actual, la
actividad a largo plazo y los cambios.
Los
investigadores descubrieron que, cuanto más ejercicio habían
realizado, mejor era el metabolismo a lo largo del tiempo, tanto para
la actividad total a largo plazo, como para la actividad física
moderada a vigorosa. Los beneficios eran similares si, después de
años de sedentarismo, comenzaban una actividad física de forma
rutinaria.
“Esto
sugiere –explica Bell– que nunca es demasiado tarde para
beneficiarse de la actividad física, pero también que debemos
eliminar las barreras que dificultan mantenerla a lo largo del
tiempo. Esto incluye hacer de la pérdida de peso, a través de una
dieta, una prioridad, ya que un mayor peso es en sí mismo una
barrera para moverse ".
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