La curiosa lengua de los gatos está cubierta de espinas puntiagudas llamadas papilas, cuya función precisa era un misterio.
La lengua felina
Sus
lenguas están cubiertas de cientos de espinas puntiagudas curvadas
en la misma dirección llamadas papilas, que son las responsables de
darle un tacto tan áspero a la sinhueso. Estas finas estructuras
contienen una cavidad vacía en la punta que desempeña un papel
clave en el aseo felino.
Acicalarse a lenguetazos
Cada
cavidad en forma de “U” se encarga de recoger saliva de la boca
para luego distribuirla por el pelo en los lengüetazos. En concreto,
cada uno de los huecos puede almacenar hasta 4.1 μL de saliva,
cantidad equivalente a una décima parte de una gota del típico
colirio. Además, con cada lametón, la lengua deposita cerca del 50%
del fluido en el pelaje para refrescarse y regular la temperatura
corporal.
Los
gatos domésticos duermen una media de 14 horas al día, pero cuando
están despiertos emplean hasta un cuarto de su tiempo en lamerse
para eliminar las pulgas, limpiarse y refrescar el pelo que recubre
su cuerpo.
Así,
sus lenguas están cubiertas de cientos de espinas puntiagudas
curvadas en la misma dirección llamadas papilas,
que son las responsables de darle un tacto tan áspero a la sinhueso.
Ahora, un equipo de investigadores ha estudiado las lenguas de seis
especies de félidos y revela por primera vez la existencia de una
cavidad interna en cada papila que recoge la saliva de la boca y la
distribuye en el pelaje a través de los lametazos.
Según el estudio titulado Cats
use hollow papillae to wick saliva into fur
y publicado recientemente en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences,
estas finas estructuras desempeñan un papel clave en el aseo felino.
“Ya
se había estudiado antes cómo aumenta la cantidad de pulgas si los
gatos no se asean así como también existen estudios microscópicos
de sus papilas. Pero nosotros hemos sido los primeros en descubrir
que las papilas tienen un hueco que está involucrado en los
lametones”, declara el investigador David
Hu,
coautor de este trabajo, a la agencia de noticias científicas SINC.
Cada
cavidad en forma de “U” se encarga de recoger saliva de la boca
para luego distribuirla por el pelo en los lengüetazos. En
concreto, cada uno de los huecos puede almacenar hasta 4.1 μL de
saliva, cantidad equivalente a una décima parte de una gota de
colirio.
Además, con cada lametón, la lengua deposita cerca del 50% del
fluido en el pelaje para refrescarse y regular la temperatura
corporal.
De
esta forma, el
alivio que experimentan los gatos tras el aseo depende de si las
papilas pueden penetrar en el pelaje hasta llegar a la piel. Esto
explica por qué a algunas especies de gatos domésticos, como los
gatos persas de pelo largo, les cuesta mucho acicalarse.“Las
papilas tienen que llegar hasta la piel para disolver los aceites y
el resto de materiales. Los gatos persas tienen un pelaje demasiado
grueso como para que penetren las papilas. Como no pueden llegar a la
piel, el gato no se puede asear por completo”, añade Hu.
6
especies distintas de felinos
Para
llegar a estas conclusiones, los investigadores Alexis
Noel
y David
Hu
grabaron imágenes de alta velocidad de gatos lamiéndose y emplearon
una técnica de tomografía computarizada, así como medidas de la
potencia del lamido, para entender el mecanismo que se esconde detrás
de cada lengüetazo gatuno. También, analizaron el órgano de seis
especies diferentes de félidos –gato montés, puma, irbis, tigre y
león– que recogieron después de su muerte.
A
partir de los datos obtenidos,
los autores del estudio diseñaron un cepillo inspirado en la lengua
del gato.
De acuerdo a los investigadores, esta herramienta puede ser útil
para acabar con los alérgenos del pelaje de gato y para aplicar
lociones y medicamentos en la piel del felino. Sus púas curvadas
permiten, además, desprender el pelo sobrante con facilidad, lo que
les diferencia de los cepillos tradicionales.
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