La primera mujer en ganar el Nobel de literatura fue la escritora sueca Selma Lagerlöf (1858-1940), y obtuvo el reconocimiento en 1909. Entre sus obras, las más destacadas son Gösta Berlings Saga (1891), su primera novela considerada ejemplo del neorromanticismo sueco; Jerusalem (1901), que retrata la vida de inmigrantes suecos en Palestina, y el libro de cuentos para niños Las maravillosas aventuras de Nils (1906), hoy día lectura obligada para los estudiantes de educación primaria en su país. También fue la primera doctora sueca honoris causa de filosofía y miembro de la Academia sueca en 1914.
Lagerlöf
nació con una lesión en la cadera que le impedía participar en
todos los juegos infantiles; en cambio, leía y escuchaba cuentos. Su
abuela paterna y otras personas le explicaron cuentos y leyendas que
mezclaban con elementos cristianos y paganos en un mundo lleno de
romanticismo y mística. La tradición de explicar cuentos fue muy
significativa para su
actividad literaria. De
hecho, la
escritora sabía
contar cuentos de un modo genial, describiendo gran diversidad de
destinos humanos. Mezclaba
el mito y la fantasía con un realismo con rasgos moralistas: la
bondad, el amor y el trabajo hecho con responsabilidad son los
poderes más fuertes en su mundo. En cuanto a sus conocimientos
psicológicos, demostró gran clarividencia intuitiva. Algunas de sus
obras han sido llevadas a la pantalla.
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