Juguetes
nacidos gracias a la ciencia. Algunos son extremadamente conocidos
(como el cubo de Rubik) pero otros no lo son tanto. Hacemos un repaso
a los 10 juguetes científicos más populares.
El
5 de mayo del 2018, un joven australiano llamado Feliks
Zemdegs rompía el récord
del mundo de cubo de Rubik consiguiendo resolver el
famoso rompecabezas de colores en tan solo 4.22
segundos. A sus 22 años, Zemdegs se ha convertido en
el rey de este popular puzzle siendo superado solamente por las
máquinas diseñadas especialmente para ello y que, hasta ahora, han
sido capaces de hacerlo en 0.38
segundos.
Al
igual que el invento del húngaro Erno
Rubik,
existe una extensa lista de inventos que fueron diseñados con un
origen y propósito científico y acabaron convirtiéndose en los
juguetes más populares
de sus respectivas décadas. Ya sea porque aprovechaban los
principios físicos en los que se basan o porque conseguían acercar
y hacer accesible la ciencia a un grueso de la población que suele
permanecer ajena a ella, estos tipos de ingenios se popularizaron
rápidamente una vez hicieron su entrada en las tiendas.
Nikola
Tesla
diseñó las lámparas de plasma como una herramienta para estudiar
las corrientes de alto voltaje, pero en la década de los 80 se
convirtieron en la decoración de tantísimas habitaciones, tiendas,
escenarios de cine e incluso discotecas. Resulta muy difícil pasar
por delante de una y no tocarla para ver cómo la tormenta de rayos
en miniatura se dirige, sin poder alcanzarla, hacia tu dedo. La
ciencia sigue poniéndose al servicio del entretenimiento del ser
humano más allá de televisión, videoconsolas o realidad
virtual.
Ya
sea para decorar, enseñar de forma entretenida y creativa o para
pasar el rato en la oficina o el colegio, existe una amplia lista de
objetos que sintetizan y demuestran algunas de las grandes
leyes físicas
que rigen nuestras vidas en secreto y que conocemos gracias al arduo
trabajo de científicos que pasaron años investigando cómo funciona
el mundo. La ley de conservación de la energía y la cantidad de
movimiento se puede corroborar a la perfección con el típico
péndulo
de Newton
de cinco esferas idénticas que tantos escritorios ocupa.
Ya
sea en un laboratorio de alta tecnología o en la tienda de regalos
más próxima, la ciencia ocupa un lugar privilegiado en nuestro día
a día y, aunque no siempre la veamos, está presente en
prácticamente todo lo que nos rodea, gusta y entretiene.
Cubo de Rubik
Es
quizá el juguete científico más conocido y de mayor éxito. El
cubo de Rubik, un rompecabezas mecánico tridimensional, ideado en
1974 por el escultor y arquitecto Ernö
Rubik,
fue concebido inicialmente para ayudar a los alumnos de arquitectura
a obtener una mejor perspectiva visual de las tres dimensiones. En
los 80, la popularidad de este juguete alcanzó cotas increíbles -
tanto entre el público más joven como el más adulto -
convirtiéndolo en el
juguete más vendido del mundo
(con más de 350 millones de unidades). Este juego de rompecabezas
(que podemos encontrar en versiones de cubo de bolsillo, estándar o
versión profesor, por ejemplo) permite 43.252.003.274.489.856.000
permutaciones;
y gracias a un algoritmo
más
moderno es posible resolverlo en tan solo 20 movimientos.
Péndulo de Newton
La
cuna o péndulo de Newton
es un juguete con el que este genio quería demostrar una
consecuencia del Principio
de conservación del movimiento.
Está formado por un conjunto de péndulos exactamente iguales,
alineados horizontalmente y en sutil contacto con los péndulos
adyacentes cuando están en reposo. Como
juguete fue producido en 1967 por el actor inglés Simon Prebble.
El péndulo de Newton más grande del mundo se encuentra en
Kalamazoo, Michigan (EE.UU.) y se utiliza para demostraciones
tecnológicas y científicas. Cuenta con 20 esferas con un peso de
6,8
kilogramos
cada una, suspendidas desde el techo con unos cables de 6,1
metros.
Slinky
Este
juguete científico fue creado casi por casualidad por el ingeniero
mecánico Richard
James
en 1943. Su intención era perfeccionar una nueva gama de resortes
para los buques y tras caerse uno de ellos sobre un escalón se dio
cuenta del movimiento que este realizó en vez de llegar al suelo:
había surgido un muelle espiral que permite la realización de
experimentos sobre propagación de ondas longitudinales y
transversales. En la navidad de 1945 se vendieron 400 slinkys en 20
minutos. Los
modelos básicos son en acero (como el de la foto) o en colores, como
un arco iris.
Se hizo tan popular que forma parte de la lista del National
Toy Hall of Fame.
Lámpara de lava
El
primer modelo de la lámpara de lava fue creado en
1963 por Edward Craven-Walker.
La que en un principio se llamó 'Astrolámpara' fue presentada en
una feria de muestras de Hamburgo en 1965. Un empresario se interesó
por ella y, tras comprar los derechos, la vendieron como “Lava
Lite”
o lámpara de lava, extendiéndose
su popularidad en los 70.
Su mecanismo se basa en una bombilla de iluminación, una botella de
cristal que contiene agua (transparente o coloreada), cera
translúcida, un rollo metálico de cable y un pequeño cono de metal
que se coloca en la parte superior. Al ser la cera fundida y el agua
dos líquidos immiscibles, se mantienen separados. La diferencia de
calor entre la parte superior e inferior provoca el singular efecto
visual que ha hecho que este dispositivo se encuentre desde hace
mucho en casi cualquier tienda de regalos.
Meccano
Patentado
en 1901 por Frank Hornby,
el Meccano fue un juguete muy popular entre jóvenes y no tan
jóvenes. Se basaba en un sistema de construcción de objetos
formados por piezas de diversos tamaños, forma y color fabricadas en
metal y con filas de agujeros para sujetarlas a otras piezas por
medio de tornillos. En la actualidad, muchos
profesores utilizan el Meccano para instruir a sus alumnos en las
clases de Física,
construyendo aparatos que ayuden a explicar principios físicos como
la ley de la palanca, la ley del péndulo o la ley de la polea.
Termómetro de Galileo
Nombrado
en honor a Galileo
Galilei,
se trata de un termómetro formado por un tubo de vidrio que contiene
un líquido transparente con un coeficiente de dilatación mayor que
el del agua y un conjunto de ampollas de vidrio soplado sumergidas en
él. Cuando aumenta la temperatura, la densidad del líquido cambia
pero no la de las ampollas, por lo que la flotabilidad de las
ampollas se ve afectada. La
ampolla con flotabilidad neutra indica la temperatura.
Para obtener una temperatura más o menos exacta, el dispositivo debe
contener cinco ampollas como mínimo.
Disco de Euler
Este
juguete de física
fue ideado por Joe Bendik en los años 80
y fue comercializado inicialmente por la Tangent
Toy Company.
Este dispositivo funciona de la misma forma en la que hacemos girar
una moneda encima de una superficie plana. Iniciamos el movimiento
con un disco sobre una plataforma y, a pesar de la disipación de
energía, la rotación se prolonga durante varios minutos; la
desaceleración produce un sonido cada vez más agudo, que finaliza
de forma ruda.
Ciclista solar
El
ciclista solar es obra conjunta de Becquerel, Hertz y Einstein.
El físico Henri Becquerel descubrió el efecto
fotoeléctrico;
posteriormente Heinrich Rudolf Hertz aplicó este efecto y, por
último, Albert
Einstein
consiguió explicarlo mediante una teoría: cuando la luz incide con
energía suficiente sobre una superficie metálica, puede alterar
alguno de los electrones y ponerlos en movimiento, creando así una
corriente eléctrica. Así, la célula fotovoltaica de este
dispositivo resultante es tan sensible a la luz que una simple
bombilla encendida es suficiente para que el ciclista pedalee con
ahínco.
Lámpara de plasma
Creada
por Nikola
Tesla
para investigar corrientes
de alto voltaje en tubos de cristal vacío
y comercializada por el estudiante
del MIT Bill Parker
durante la década de 1980. Se trata de una esfera de cristal
transparente llena de varios gases de baja presión y conducida por
corriente alterna de alta frecuencia y alto voltaje generado por una
bobina Tesla en miniatura. En el centro, una segunda esfera sirve
como electrodo. El contacto de una mano con el cristal altera
el campo eléctrico
y hace que surja un rayo de mayor grosor. Los patrones y colores que
se consiguen en la lámpara dependen de los gases que contiene.
Robótica
Aunque
las creaciones
autómatas
llevan más tiempo del que podría parecer con el ser humano, fue a
partir de la década de 1990 cuando la robótica
consiguió grandes avances y se normalizó su uso, permitiendo
introducirla en nuevos sectores como el de los juguetes. Desde el
dinosaurio Pleo, una robo-mascota interactiva, hasta Zowi, el robot
creado por BQ
para enseñar programación a niños, existen numerosas opciones para
poder hacer robots sencillos y fáciles de programar con soportes
como Arduino o BITBLOQ.
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