Si
por llevar gafas te llamaban “cerebrito”, ahora puede que haya un
fundamento científico tras este estereotipo.
“Cerebrito”,
“cuatro-ojos”, “ratón de biblioteca”... son, desde hace
décadas, apelativos frecuentes (y, por desgracia, despectivos) que
se usan para referirse a las personas que necesitan usar gafas por
algún defecto de la visión (erróneamente asociado a obligar a los
ojos a leer demasiado).
Hoy,
puede que las afirmaciones del abusón de turno no estuvieran tan
alejadas de la realidad, al menos según una investigación de un
equipo internacional de científicos, publicada por la revista Nature
Communications.
El
grupo describe en su estudio los datos genéticos y cognitivos
obtenidos y lo que encontraron: tras realizar diversas pruebas de
inteligencia,
las
personas que obtuvieron resultados más altos que la media tendían a
requerir corrección visual.
Pero
esto no es lo más sorprendente: también tendieron a vivir más
tiempo y tenían menos probabilidades de tener hipertensión.
Los
investigadores llegaron a estas conclusiones extrayendo datos de
estudios anteriores; en concreto, los consorcios CHARGE y COGENT, y
del UK Biobank, que recopila datos genómicos y de salud de más de
300,486 personas.
Los
científicos comenzaron su análisis observando 90 regiones genómicas
que, según las investigaciones anteriores, pueden asociarse con
algún grado de nivel cognitivo y 58 regiones que habían aislado
como parte de su estudio. Usando estos datos, pudieron ordenar a los
individuos del estudio en las bases de datos en orden de capacidad de
cognición o inteligencia. Luego, compararon los niveles de
inteligencia con otros factores, como la longevidad, la hipertensión
y la vista.
No
obstante, es importante señalar que el
estudio no es definitivo:
los investigadores señalan que la muestra de individuos no es lo
suficientemente amplia como para sugerir definitivamente que la vista
deficiente y una inteligencia superior están directamente
relacionadas. Por eso, sugieren que se requiere mucha más
investigación.
Los genes de la inteligencia
Tal
y como se describe en el estudio, los análisis hallaron 709 genes
asociados con la función cognitiva general, es decir, que los
niveles de expresión de estos genes a través de la corteza
cerebral
están asociados con la inteligencia; y, estos genes, a su vez, con
determinadas variables de salud general.
Además,
el estudio también evaluó las variables genéticas que definen el
tiempo de reacción y examinó su relación genética con la función
cognitiva general.
“Detectamos
una superposición genética significativa entre la función
cognitiva general, el tiempo de reacción y muchas variables de
salud, como la vista, la hipertensión y la longevidad”.
“El
tiempo de reacción se correlaciona genéticamente con la función
cognitiva general, y da cuenta de su asociación con la salud”,
detalla el estudio.
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