Una
dieta vegana, sin alimentos de origen animal, previene la obesidad y
la diabetes, pero también expone a sufrir graves carencias.
Los
Adventistas del Séptimo Día son un grupo religioso cristiano
protestante nacido en Estados Unidos en el siglo XIX. La mayoría de
sus 15 millones de miembros practican una dieta vegana, libre de
alimentos de origen animal. Por eso, ofrecen un excelente campo de
estudio sobre las consecuencias para la salud de este régimen
alimenticio. El médico Michael J. Orlich y sus colegas de la
universidad californiana de Loma Linda reunieron datos de 73.308
hombres y mujeres de este colectivo y concluyeron que estas personas
tienden a vivir más, beber menos alcohol, fumar menos y lucir una
siluetas más esbeltas. Pero cabe recordar que ese centro educativo
pertenece a... la Iglesia adventista.
Investigaciones
recientes (sin rastro de adventistas)
prueban que la dieta vegana frena la hipertensión, previene la
obesidad y la diabetes y reduce la incidencia de ciertos tipos de
cáncer, especialmente la del de próstata, que disminuye hasta en un
35 %. Pero un estudio publicado en la revista Journal
of Agricultural and Food Chemistry
indica que limitar la alimentación a frutas, verduras, cereales,
legumbres y frutos secos eleva considerablemente el riesgo de sufrir
un déficit de nutrientes esenciales. Principalmente de vitamina B12,
hierro, calcio, vitamina D y ácidos grasos omega-3. Estas carencias
predisponen a sufrir anemias crónicas, coágulos sanguíneos y
arteriosclerosis –endurecimiento de las arterias– que pueden
desembocar en problemas cardíacos y de otro tipo. Ahora, la decisión
acerca de lo que debes comer es tuya.
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