Poeta español, una de las figuras fundamentales de la Generación del 27. Su obra se inscribe dentro de una corriente que muchos han calificado de neorromántica, pues la sensibilidad, melancolía y dolor que destila su poesía se halla siempre dentro de unos límites de serena contención, a la manera de G. A. Bécquer, pero con características matizadas por una aguda actitud de la mente, rasgo esencial de la generación a la que perteneció.
La poesía cernudiana es una poesía de la meditación y consta de cuatro etapas: los años de aprendizaje, la juventud, la madurez y el comienzo de la vejez. De su inicial inclinación a la soledad y al nihilismo evolucionó hacia una actitud de íntima y acogedora espiritualidad. Sus primeras obras marcan un itinerario que desembocó en una estrecha afinidad con los poetas surrealistas. En sus volúmenes siguientes arraigó con originalidad y dominio la tradición romántica europea. Tras la contienda civil española conoció el exilio del que jamás volvió y emprendió, bajo la influencia directa de la poesía anglosajona, un período en el que su obra poética se hace autobiografía y reflexión.
La obra del autor ha sido objeto de numerosos estudios en muchos países. Además de poeta fue también un excelente prosista.
A lo largo de su vida, reflejó en sus poemas un espíritu que comenzó esperanzado, que exaltaba la belleza y la ornamentaba, pero que progresivamente se fue endureciendo y se volvió más práctico y conceptual. Algunos de sus títulos, ubicados en orden cronológico, bastan para avalar lo dicho anteriormente: "Perfil del aire", "Los placeres prohibidos", "Las nubes", "Vivir sin estar viviendo" y "Desolación de la quimera". Tras el asesinato de Lorca, le dedicó la elegía "A un poeta muerto (F.G.L.)".
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