Poeta
galés en lengua
inglesa, sin duda uno de los poetas británicos de la primera mitad
del siglo XX con mayor renombre y resonancia internacional, gracias a
la profunda originalidad de su poesía y al humor de sus cuentos y
piezas teatrales.
Se
dio a conocer como poeta con Dieciocho poemas (1934),
al que siguieron los volúmenes Veinticinco poemas
(1936) y Mapa de amor
(1939), con los que se consolidó
como máximo representante del movimiento poético Nuevo Apocalipsis,
que practicaba un tipo de poesía de evocación, de tono metafísico
y con cierto fondo romántico, en el que Thomas adoptaba el papel de
poeta-profeta. Alcanzó su plenitud poética con el volumen
Defunciones y nacimientos (1946).
Autor de un volumen autobiográfico en el que defiende sus
concepciones estéticas, Retrato del artista cachorro
(1904), escribió además
diversos guiones radiofónicos y cinematográficos.
El
surrealismo supuso para él una liberación sensorial y expresiva, si
bien la tremenda fuerza imaginativa y el sentido de la musicalidad y
el ritmo ya le eran propios. El mundo de Dylan Thomas está próximo
a un cierto surrealismo, pero más apasionado y humano, menos onírico
y sin la carga de elementos impuros que aporta el subconsciente. En
su mundo la vida y la muerte son los extremos de un mismo arco, el
contrapunto eficaz que mueve su energía creadora. Para el poeta la
sola existencia es ya algo extraordinario, una sorpresa renovada cada
minuto, y canta sus goces y sus pesares como algo inseparable, como
un don glorioso que hay que agradecer al Creador que nos lo brinda.
El misterio ontológico, la pasión por el hombre, los sueños
prenatales, la niñez paradisíaca, son temas que Thomas evoca con
magia de bardo. El sentido alusivo o críptico de algunas de sus
metáforas, imágenes o estrofas lo emparenta con la Biblia y con
Joyce.
Su
verbo es tan prístino, tan virginal, que parece llegar directamente
de las fuentes no enturbiadas del lenguaje. Cada verso es una
aventura, la lógica poética permite que todo sea una continua
sorpresa. El lector intuye que el poema se ha concebido sin un
esquema previo; el impulso creador lo ha puesto en marcha como un
fuego que avanza con todas sus alas. Por eso no hay en sus poemas
zonas intermedias o grises, de descanso, o poco inspiradas. El meollo
de su mundo son las imágenes que se suceden, se contradicen, se
interfieren y se destruyen. Poeta de inspiración auténtica y
creador de imágenes vigorosas y llenas de color, en su intento
destinado a alcanzar, a través del caos, una expresión espontánea
y total de los elementos humanos conscientes e inconscientes, supo
trasladar sus principales obsesiones a sus versos y consiguió
dotarlos de resonancias mágicas y de gran aliento.
Sufrió
un coma etílico después de una intensa y prolongada depresión y
murió en un hospital de Nueva York a los 39 años. Aunque la
turbulenta etapa final de su vida quizás haya contribuido a
valorarlo de manera especial, no cabe duda sobre su importancia como
poeta ni sobre sus elevadas dotes retóricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario