Poeta
argentino,
autor del inigualable poema narrativo Martín
Fierro,
obra que se considera la cumbre de la literatura gauchesca y un
destacado clásico de la literatura argentina.
Criado
en el campo, con los gauchos, en plena lucha con la tierra y con los
peligros que significaban los indios y los maleantes, su formación
cultural fue autodidacta.
El
poeta empuña su lira en defensa de su pueblo, con el que se
identifica, aunque él es criollo, y compone en las estrofas de las
dos partes de su Martín
Fierro:
la gesta de un país que se desarrolla y transforma, y de una raza
que declina y va camino de su extinción. Tal es el alcance
significativo de esta dramática historia de un gaucho despojado y
perseguido por la arbitrariedad del poder político y jurídico de
las ciudades.
Cuando
Hernández escribió esta
obra,
la poesía gauchesca ya estaba consolidada como género literario. La
definían un conjunto de fórmulas, tópicos y temas: el predominio
de la forma del "diálogo", que reunía en sí una buena
cantidad de rasgos gauchescos, tales como el ritual del encuentro,
las fórmulas de salutación, las alusiones a los aparejos del
caballo, el ofrecimiento de mate, tabaco y bebida o las quejas sobre
la situación política o la personal. Y la elección de los
personajes, los temas y el lenguaje rústico estuvo casi siempre
ligada a opciones que desbordaban lo literario y remitían a lo
político.
Pero
Hernández rompe sin embargo los moldes del género: el
tradicional encuentro y el subsiguiente diálogo son reemplazados por
un monólogo que modifica de manera radical las figuras del emisor y
receptor del poema, y que reproduce la situación del antiguo gaucho
cantor que, ante un auditorio de oyentes analfabetos, cuenta
acompañándose con su guitarra las desgracias propias o ajenas. El
protagonista empieza por presentarse y narrar sus relaciones con el
medio, su familia y las tareas que realiza.
Tal
armonía se ve quebrada cuando llega la leva forzosa y lo obligan a
marchar a la frontera con el indio. Ello significa la disolución de
la familia, el desarraigo y muchos pesares. La amistad con el gaucho
Cruz atenúa en parte los amargos sentimientos que causan en Fierro
las injusticias y las violencias de que es testigo o ha
protagonizado. En la segunda parte se produce el reencuentro con sus
hijos, víctimas de abusos, como él, a quienes aconseja llevar una
vida honrada y de trabajo. Hay también en la obra pequeñas rupturas
formales.
Mientras
la primera parte puede leerse como un alegato contra los abusos de la
presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, en la segunda, realizada
siete años más tarde, la dureza se rebaja y deja lugar a un cuadro
más matizado y complejo del mundo rural. El poema está escrito en
octosílabos (7.210 versos), agrupado en en sextinas, estrofas de
seis versos que posibilitan, a su vez, la división en pares,
dándoles así una mayor proximidad con el lenguaje gauchesco.
Hoy,
El gaucho Martín
Fierro
y La vuelta de
Martín Fierro
se conocen como las dos partes de una misma obra, Martín
Fierro.
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