Sabemos
que es recomendable dormir ciertas horas al día, que no tenemos que
hacer ejercicio antes de meternos en la cama y que la siesta puede
ser algo bueno para relejarnos durante la noche. En el Día Mundial
del Sueño vamos a descubrirte algo nuevo que no conocías sobre los
sueños: ¿son iguales para todos? ¿Eres capaz de recordar todo lo
que sueñas por la noche? ¿Puedes controlar tus sueños?
1. Diferencias entre hombres y mujeres
Las
diferencias entre hombres y mujeres también existen en los sueños,
lo cual no debe pillarnos por sorpresa. Afectan al contenido, pues
mientras que el sector
masculino tiende a soñar con agresiones, las mujeres tienen sueños
complejos con más detalles y personajes
y
suelen hacerlo con ambos sexos por igual. Los hombres sueñan más
con hombres, el doble de veces que lo hacen las chicas.
2. Sueños, ¿en color o blanco y negro?
Puede
parecer algo poco normal, pero aproximadamente 2 de cada 10 sueños
que tenemos (y recordamos) son en blanco y negro. Existe
este pequeño porcentaje de la población que sueña sin ningún
color, aunque las investigaciones dicen que tendemos a soñar en
tonos pastel en
lugar de colores vivos como los que vemos en nuestro día a día en
cualquier parte a la que miremos.
3.
Los
olores influyen en los sueños
Todo
influye a la hora de soñar, tanto tus experiencias como tu estado de
ánimo o las cosas del día a día. Sin embargo, los olores también
son un pilar determinante para soñar: si estamos en una
habitación que huele mal nuestro cerebro lo asociará con algo
desagradable y la confabulación del sueño daría algo negativo.
Si ocurre lo contrario y llenas tu habitación de buenos olores, el
sueño será más relajante y placentero.
4. Hay sueños universales
Hay
sueños especiales que dependen de las experiencias de cada persona,
pero existen otros universales que son recurrentes en cualquier
individuo independientemente de las diferencias culturales que
existan. Por ejemplo,
sueños
donde nos persiguen, somos atacados, caemos al vacío, nos
encontramos desnudos en público o estamos inmóviles
ante algo importante.
5. Priman las emociones negativas
En
un catálogo enorme de sueños, hay emociones que se pueden dar
mientras estamos dormidos. Aquellos que recuerdan sus sueños tienden
a memorizar los sueños donde priman las emociones negativas. La
alegría
y la sorpresa quedan relegadas a un segundo plano; la ansiedad, el
estrés, el miedo, la desesperanza o la tristeza suelen predominar en
los sueños
sobre las emociones positivas.
6. Pesadillas con un origen
En
esa época cuando el trabajo es muy estresante, cuando
no pasamos un buen momento con nuestra pareja o tenemos problemas
familiares complicados, es el instante en el que las pesadillas hacen
su aparición.
Lo que debes hacer es descubrir cuál puede ser el origen de esos
sueños porque siempre hay algo que las desencadena: las
preocupaciones, el estrés y la ansiedad suelen ser motivos para que
tus sueños se conviertan en tu peor pesadilla (nunca mejor dicho).
7. El control de los sueños
La
pregunta es sencilla, ¿es posible controlar los sueños? Es un
fenómeno poco habitual denominado sueño
lúcido que sucede cuando somos conscientes de que estamos soñando y
somos capaces de controlar el sueño
para llevarlo a donde nosotros queremos. Hay personas que poseen esa
habilidad especial, aunque el 50% de la población recuerda haberlo
hecho al menos una vez en su vida.
8. La reacción de tu cuerpo es como si estuvieras despierto
La
experiencia cuando dormimos y soñamos se registra en nuestro cuerpo
y cerebro casi de la misma manera que si estuviéramos despiertos.
Tienen sentido pensar que el cuerpo reaccione de la misma manera ante
una situación de estrés, ante un sueño erótico o un acto de
vandalismo. De
ahí que algunas veces nos levantemos sofocados, enfadados o con
rabia, porque lo que has vivido en el sueño tu cuerpo también lo ha
experimentado en la realidad.
9. Si recuerdas tus sueños, eres diferente
Lo
normal es que la mayoría de la población no recuerde sus sueños
pasados unos minutos después de despertarse. Solo
algunos privilegiados tienen la capacidad para rememorar con detalle
lo ocurrido durante una noche,
lo cual podría deberse a una región del cerebro llamada unión
temporoparietal que muestra más actividad espontanea durante el
sueño y también cuando se está despierto.
10. ¿Por qué no recordamos los sueños?
El
cerebro no funciona igual despierto que dormido, por lo que procesará
la información de una manera distinta. Según investigaciones a
pacientes de sueño, se ha descubierto que las
personas que duermen mucho tienen inactivas zonas cerebrales que
juegan un papel fundamental en los recuerdos y la memoria,
justo durante la fase MOR del sueño, en el momento en el que
soñamos.
11. Olvidamos los sueños fácilmente
¿Cuántas
veces te has levantado con la sensación de haber tenido un sueño
(bueno o malo) pero al cabo de un tiempo lo has olvidado
completamente? No te preocupes, no eres el único, el 95% de los
sueños se olvidan de manera muy rápida a los minutos de haber
despertado.
Soñamos
muchas cosas a lo largo de la noche, sueños que se suceden uno
detrás de otro. Razón por la cual
el
cerebro no tiene oportunidad de asentar el recuerdo, solo rememorará
la emoción de algo agradable o desagradable.
Si por el contrario te has despertado durante la noche, es posible
que tengas mejor recuerdo de tu sueño porque se habrá asentado
mejor.
12. Todos los seres vivos sueñan...
Cualquier
ser vivo tiene la capacidad de soñar: mamíferos, reptiles y aves
tienen fase REM del sueño y por lo tanto es muy probable que tengan
esta capacidad, algo que quizás no les suceda a insectos y peces que
no tienen fase REM.
Un
dato curioso lo aportan los cetáceos que duermen solo la mitad de su
cerebro, la otra permanece activa para seguir nadando en el agua y
mantenerse a flote.
Sueñan
de una manera diferente a la nuestra.
13. Siempre soñamos
Es
una verdad innegable, soñamos absolutamente todas las noches desde
que nacimos. Según las investigaciones demuestran que lo hacemos en
periodos
de entre 5 a 20 minutos por noche, lo que podría sumar un promedio
de unos 6 años a lo largo de nuestra vida.
Lo hacemos casi siempre durante la fase REM pero estamos soñando
constantemente, que no recordemos algo no quiere decir que no haya
sucedido.