Poeta
y dramaturgo que logró tener
especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Por
haber formado parte del ejército republicano durante la Guerra Civil
española, fue a la cárcel al concluir ésta, donde falleció de
tuberculosis el 28 de marzo de 1942, contando sólo treinta y un años
de edad. De esta forma se truncó una de las trayectorias más
prometedoras de las letras españolas del siglo XX.
Aunque
cronológicamente el autor debería pertenecer a la llamada promoción
del 36, de la que formaron parte poetas como L. Rosales o L. M.
Panero, el estilo de su obra y su relación con los representantes de
la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven
de esta última, el "genial epígono del grupo" en palabras
de Dámaso Alonso. Su trayectoria como escritor dio comienzo con
algunas colaboraciones en la revista de tendencia católica El
Gallo Crisis,
dirigida por Ramón Sijé. Destacó por la hondura y autenticidad de
sus versos, reflejo de su compromiso social y político.
Su
primer volumen de versos, Perito
en lunas
(1934), está formado por 42 octavas reales en las que los objetos
cotidianos y humildes son descritos con un hermetismo formal en el
que trasluce claramente el magisterio gongorino. Sin embargo, en
otros poemas de la misma época se intuye una mayor soltura verbal y
el inicio de su compromiso con la causa de los desheredados.
En
1934, después de dar a conocer en la revista Cruz y Raya el
auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo
que eras, de carácter calderoniano, comenzó la que a la postre
fue considerada su obra maestra y de madurez, El rayo que no cesa
(1936), que inicialmente pensaba titular El silbo vulnerado.
La vida, la muerte y el amor (éste como hilo conductor del poemario)
son los ejes centrales de un libro compuesto mayoritariamente por
sonetos y deslumbrante en su conjunto, aunque destaca alguna elegía
como la dedicada a la muerte de Ramón Sijé, escrita en tercetos
encadenados y considerada una de las más importantes de la lírica
española de todos los tiempos.
Durante
la Guerra Civil cultivó la llamada poesía de guerra: su fe
republicana se plasmó en una serie de poemas reunidos en Viento
del pueblo (1937), que incluyó la "Canción del esposo
soldado", dirigida a su mujer, y otras creaciones famosas, como
"El niño yuntero". También en este período concibe El
hombre acecha (1939), que manifiesta su visión trágica de la
contienda fratricida, y diversos textos dramáticos que se publicaron
con el título Teatro en la guerra (1937).
Mientras
se hallaba en la cárcel escribió Cancionero y romancero de
ausencias (1938-1941), donde hizo uso de formas tradicionales de
la poesía popular castellana para expresar en un estilo conciso y
sencillo su hondo pesar por la separación de su mujer y sus hijos y
la angustia que le producían los efectos devastadores de la guerra.
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