Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.
Su
producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y
al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y
situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión
crítica -que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera-
alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana.
Entre
los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la
pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la
rememoración de la infancia (por ejemplo en El
príncipe destronado,
de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del
mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la
literatura.
Delibes
es también autor de los cuentos de La
mortaja
(1970),
de la novela corta El
tesoro
(1985)
y de textos autobiográficos como Un
año de mi vida (1972).
En 1998 publica El
hereje,
una de sus obras más importantes de los últimos tiempos.
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