Un panadero ganó la primera carrera olímpica de la Historia.
Pocas
cosas les gustaban más a los griegos que la guerra, el
deporte y
la belleza. El cultivo del cuerpo y la
competición entre ciudades fueron los dos elementos que estuvieron
en la base de la creación de los primeros Juegos Olímpicos
de
la Antigüedad,
celebrados en la ciudad
de Olimpia en el año 776 a.C.,
en honor a Zeus.
Poco
o nada tiene que ver esta primigenia competición con la que se
celebra en la actualidad, ya que sólo
participaban hombres libres griegos y
la victoria era premiada con una rama de olivo y el respeto de sus
compatriotas. Estas pruebas se realizaban durante el verano,
duraban sólo un
día y
coincidían con la primera luna llena después del solsticio de
verano.
El
primer
“medallista olímpico”
fue Corebo de Élide (que
no era atleta de profesión, sino panadero), y venció a sus demás
rivales en una carrera
de unos 192 metros (la
medida de un estadio).
Los
Juegos se irían consolidando entre los siglos VII y V a.C.,
creciendo las ciudades que competían en ellos. El premio
de la corona vegetal permanecería
en el tiempo, heredándola
los juegos modernos hasta 1960,
cuando aparecen las medallas.
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