Un
día como hoy en 1751 se publica en
París (Francia) el primer tomo de la Enciclopedia,
cuyos directores son Denis Diderot y Jean Le Rond d'Alembert. Esta
obra logró cambiar radicalmente el panorama intelectual del
continente europeo. (Hace 267
años).
El
artículo ‘Enciclopedia’, redactado por Diderot y situado al
principio del primer volumen después del discurso preliminar de
D’Alembert, define el programa global de la obra: el proyecto de la
Enciclopedia era el de reunir todos los conocimientos
adquiridos por la humanidad, su espíritu, una crítica de los
fanatismos religiosos y políticos, y una apología de la razón y la
libertad de pensamiento. Diderot aúna el proyecto enciclopédico con
la filosofía, que tiene en este siglo su máximo desarrollo.
Nació
del proyecto del editor Le Breton de traducir la Cyclopaedia del
inglés Chambers (publicada entre 1728 y 1742)), ya que Diderot, en
un principio, trabajaba únicamente como traductor. La Enciclopedia
o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios vio
la luz como proyecto autónomo con el Prospectus de 1750, en el que
Diderot, como director del proyecto, manifestaba su ambición de
hacer el inventario de todo el conocimiento humano.
Su
objetivo era el de oponerse al Diccionario de Trévoux de los
jesuitas y favorecer la difusión de la filosofía
de la Ilustración. Diderot recurrió a autores conocidos de la talla
de Montesquieu, Voltaire,
Rousseau,
Buffon, Du Marsais o Daubenton y a otros menos conocidos. D’Alembert
se ocupaba de las Matemáticas,
Diderot de la Historia
de la Filosofía, el abate Morellet de la Teología,
Buffon de las Ciencias de la Naturaleza,
Paul–Joseph
Barthez (1734–1806)
de la Medicina,
Quesnay y Turgot de la Economía.
El caballero de Jaucourt ayudaba a Diderot en tareas de redacción
y de edición.
La
Enciclopedia está marcada sobre todo por el interés de Diderot por
la tecnología,
aunque algunas laminas estén inspiradas en otras enciclopedias, o
algunas definiciones parezcan arcaicas.
De
este primer
volumen se imprimieron 2.000 ejemplares. En 1752
apareció el tomo II, que supuso un gran escándalo, por lo que su
publicación tuvo que suspenderse y Diderot esconderse. Voltaire le
propuso continuar el proyecto en Berlín
a lo que Diderot se opuso. No obstante, en 1753
apareció el tomo III que fue condenado por el consejo del rey.
Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754,
1755 y 1756
respectivamente. En 1757,
cuando se publicó el tomo VII, la Enciclopedia tenía 4.200
suscriptores. Con este volumen se desencadenó una nueva batalla a
raíz de la publicación del artículo “Ginebra” escrito por
D’Alembert, que suscitó una virulenta respuesta de Rousseau.
La
Enciclopedia fue objeto de burlas: Moreau apodó a los
enciclopedistas cacouacs (‘sofistas’, ‘parlanchines’),
Palissot la atacó en su obra pequeña carta
sobre grandes filósofos, Voltaire la tachó de fárrago. En 1759,
se prohíbe definitivamente la Enciclopedia a raíz de la publicación
de El espíritu de Helvetius. El privilegio de 1748
fue anulado, con orden de devolver el dinero
a los suscriptores. Para indemnizarles, Le Breton editó dos
volúmenes diferentes que se enviaron a cada uno de ellos.
D’Alembert, Marmontel y Duclos se retiraron. Diderot continuó solo
durante siete años. En 1766
aparecieron los diez últimos volúmenes. El último de los once
volúmenes de grabados
apareció en 1772.
Pero a partir del volumen VIII, se vieron sometidos a la censura del
editor Le Breton, sin saberlo Diderot, que, no obstante, dejó que
los volúmenes vieran la luz.
La
empresa de Diderot y sus colaboradores dio un gran impulso a la
producción
enciclopédica. Quedará, de todos modos, como símbolo
del espíritu de la Ilustración.
Desde los medios católicos, a mediados del Siglo
XIX,
se intentó borrar sus huellas con obras más ambiciosas si cabe. El
abate Jean–Paul
Migne (1800–1875),
fundador de la Biblioteca
Universal del clero y editor de monumentales colecciones de textos
de padres de la iglesia
griega y latina, publicó una enciclopedia
eclesiástica (1851–1859)
en 66 volúmenes con el fin de relegar la “funesta” Enciclopedia
de Diderot y D’Alembert que no era más que “un pigmeo de ciencia
y utilidades”.
La
obra de Diderot dio lugar también a otra variante: la enciclopedia
filosófica realizada por Hegel
y Fichte,
herederos de la filosofía
de la ilustración y de la revolución
francesa.
Síntesis tanto de saberes como del saber filosófico, la
Enciclopedia de Diderot, engaño polémico, catálogo o gran obra,
queda como una obra única.
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