Esas
carreras aceleradas y frenéticas del cine mudo responden a un
desajuste tecnológico que ya no existe.
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Asociamos
esta alocada velocidad de los personajes con el cine mudo porque el
sistema de dieciocho fotogramas estuvo vigente hasta 1927. El
6 de octubre de ese año se estrenó El
cantor de jazz,
considerada
la primera película
sonora
de la historia del cine, que revolucionó la industria y marcó el
paso a la tecnología de grabación de veinticuatro. Por eso, también
este divertido ritmo resulta consustancial al cine en blanco y negro,
que era el vigente en la época.
La
misma idea de la velocidad variable ha sido usada desde hace muchos
años en sentido contrario por los directores cinematográficos. Se
trata de las escenas
a cámara lenta, que
en realidad se ruedan a una velocidad mayor (48 o 72 fotogramas por
segundo) y luego son proyectadas a la velocidad estándar, lo que
crea el característico efecto de movimiento gradual.