Una noche,
a la luz de la luna llena,
reposaba un huevecito sobre una hoja...
La oruga era muy pequeña, pero tenía un hambre enorme. Así que se pasó todo este cuento comiendo, atravesando página tras página. Hasta que finalmente se convirtió, como todas las orugas, en mariposa. Un libro agujereado de verdad por la muy glotona.
(disponible en tu biblioteca)