Bienvenido, Agosto!
Su historia...
La historia del mes de agosto tiene su origen
hace más de dos mil años. Adquirió ese nombre debido al emperador
romano César Octavio, conocido como Octavio Augusto, quien no quería
ser menos que Julio César, su predecesor y padre adoptivo. Augustus,
no formaba parte de su nombre de nacimiento, sino que fue un título
que le confirió el Senado, que significaba “magnífico”,
“majestuoso”.
En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo, y el sexto mes se llamaba Sextilis, pero en el año 24 antes de nuestra era, Octavio Augusto decidió darle su nombre y, desde entonces, Sextilis se llamó Augustus. Octavio imitaba así a Julio César, quien había hecho lo mismo veintiún años antes con el quinto mes, hasta entonces llamado Quinctilis, con él pasó a llamarse Iulius en homenaje a la familia Iulia, a la que pertenecía.
No obstante, dar su nombre a Sextilis le pareció poco a Octavio, quien consideraba que aún no había alcanzado la misma gloria que Julio César, ya que Iulius tenía 31 días, y Augustus, sólo 29. Por esa razón, el emperador alteró la duración de varios meses, quitando y poniendo días, hasta lograr que su mes tuviera 31 días. Por eso, aún hoy, más de dos mil años después, julio y agosto tienen 31 días cada uno.
En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo, y el sexto mes se llamaba Sextilis, pero en el año 24 antes de nuestra era, Octavio Augusto decidió darle su nombre y, desde entonces, Sextilis se llamó Augustus. Octavio imitaba así a Julio César, quien había hecho lo mismo veintiún años antes con el quinto mes, hasta entonces llamado Quinctilis, con él pasó a llamarse Iulius en homenaje a la familia Iulia, a la que pertenecía.
No obstante, dar su nombre a Sextilis le pareció poco a Octavio, quien consideraba que aún no había alcanzado la misma gloria que Julio César, ya que Iulius tenía 31 días, y Augustus, sólo 29. Por esa razón, el emperador alteró la duración de varios meses, quitando y poniendo días, hasta lograr que su mes tuviera 31 días. Por eso, aún hoy, más de dos mil años después, julio y agosto tienen 31 días cada uno.
REFRANES
DE AGOSTO
Lo
que Agosto madura Septiembre asegura.
Por la Virgen de Agosto pintan las uvas y por San Judas, ya están maduras.
Agosto y Septiembre no dura siempre,
Agosto, todo lo seca menos el mosto.
Por la Virgen de Agosto pintan las uvas y por San Judas, ya están maduras.
Agosto y Septiembre no dura siempre,
Agosto, todo lo seca menos el mosto.
CURIOSIDADES
DE VERANO......
La
primera guía turística,
llamada Códex
Calistinus,
fue escrita en el siglo XII por el peregrino Aymerich Picaud. En ella
se hablaba de una ruta medieval que transitaba por Segovia.
La
temperatura
más alta registrada
fue un mes de agosto en el siglo XX. En concreto, un 6 de agosto de
1946, en Sevilla.
47ªC.
Se lee en las crónicas de la época que el consumo de helados y
bebidas refrescantes fue enorme. El hielo se llegó a agotar en las
fábricas por la demanda del público.
La
primera
canción del verano
de la que se tiene conocimiento es Dile,
escrita por Luis Aguilé. Fue todo un acontecimiento en el verano de
1963.
Verano
y amor de William Trevor
Ya
no se hacen libros como los de antes, salvo cuando escribe William
Trevor (1928, Irlanda). El mejor narrador irlandés vivo vuelve a
demostrar todo su arte con una ‘novela corta’ ambientada en los
cincuenta, cuyo sistema, estructura, estilo y trama la hacen
merecedora del calificativo de “obra clásica”
El
destino parece haber dictado que Ellie y Dillahan se hayan convertido
en marido y mujer. Criada en un orfanato, la joven Ellie es enviada a
servir a la granja de Dillahan, donde se encuentra a un hombre que ha
perdido a su esposa y a su hijo en un extraño accidente. No
obstante, la vida de la pareja transcurre ordenada y tranquila hasta,
que un día de verano, la aparición de Florian, un veinteañero
melancólico despierta las emociones dormidas de Ellie. La pasión,
repentina e irrefrenable, empuja a la joven hacia una turbadora
relación con Florian, que afectará incluso a algunos habitantes del
pueblo hasta desembocar en un desenlace sorprendente.
La
prosa sobria y luminosa de Trevor retrata con precisión fotográfica
los detalles más reveladores de la vida cotidiana de unos
personajes indefectiblemente ligados al entorno y al momento histórico
que les ha tocado vivir, creando una historia de amor acorde con los
más altos cánones de excelencia literaria y estética.