'Caco' alude a un personaje mitológico y 'chorizo' viene del caló.
De
entre los muchos sinónimos de "ladrón" que existen en
castellano, hay dos con una etimología muy curiosa: "caco"
y "chorizo". El primero proviene del nombre de un personaje
presente en la mitología griega (Kakós,
malo o malvado) y después en la romana (Cacus):
hijo de Hefesto, el dios del fuego -Vulcano en la versión latina-,
era un gigante mitad hombre y mitad sátiro que producía
espanto con los torbellinos de llamas y humo que lanzaba por la boca
y la nariz.
Pero ¿cuál es su relación con el robo y por qué ha dado lugar a
esa palabra común?
Según
el mito romano tal y como lo recoge la Eneida,
de Virgilio (siglo I a.C.), Caco vivía en una cueva del monte
Aventino, en Roma. Un día, Hércules -Heracles para los griegos-
condujo a su rebaño de bueyes a orillas del Tíber, cerca de la
morada de Caco, y se echó a dormir mientras las bestias pastaban. El
gigante aprovechó el descuido para robar varias reses haciéndolas
caminar de espaldas hasta su cueva, para que no dejaran huellas; por
eso, un caco es un ladrón que roba con destreza o ingenio. De poco
le sirvió: Hércules
descubrió el engaño, recuperó los bueyes y estranguló a Caco.
La leyenda hizo que, con el tiempo, se le considerase el patrón de
los ladrones, y en el Siglo
de Oro
se llamó al hurto "la ciencia de Caco".
¿Y
"chorizo"? Curiosamente, su relación con el embutido es
sólo fonética. En realidad, su origen está en una palabra del
caló, el idioma del pueblo gitano: chori,
que a su vez proviene del indio medio cora,
que significa exactamente eso, ladrón. Asimismo, en caló chorar
es robar. Lo que ocurre es que,
al trasvasarse estos vocablos a las germanías o jergas del
castellano utilizadas en ambientes populares, se transformaron
respectivamente en "chorizo" y "choricear" por su
proximidad fonética con estos términos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario