BALDRAGAS
Del
ár. Hisp. *ḥaṭráq
'charlatán'.
©
Real Academia Española
Este
término proviene del árabe “hatraq”, que significaba
“charlatán”, y se empleaba a menudo en el siglo XIX como
insulto. “¿Habrá osado mirarte frente a frente ese baldragas?”,
se preguntaba uno de los personajes de José
María de Pereda en
el relato «Blasones y talegas», que formaba parte del libro Tipos
y paisajes.
Un buen sinónimo para el “hombre blandengue” que acuñó El Fary.
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