Poeta francés, premio Nobel de Literatura en 1901, ocupó el sillón 24 de la Academia Francesa. Declaró que su intención era crear una lírica científica e impersonal para los tiempos modernos: canta las emociones y los sentimientos, pero sin personalizarlos jamás. Desbordaba arte y pesimismo y compuso estructuras de grandes pretensiones, aunque un poco frías, como en las Stances et Poèmes, las Épreuves, las Solitudes ("Soledades", 1869), La vie intérieure, Les Vaines tendresses o Le Bonheur (1888). La justicia y La dicha son sus obras más conocidas.
“Renacimiento”
Quisiera
olvidar, volver,
a
nacer y gozar a ojos cerrados
de
la novedad, flor de las cosas,
que
se desvanece coma edad.
Saludaría
de nuevo la luz,
pero
iría abriendo lentamente
mi
alma virgen y mis párpados
para
saborear mi asombro.
Adivinaría
por mí mismo
esos
secretos que se nos enseñan.
Yo
solo iría hacia los seres que amo
y
les pondría nombre;
extasiado
ante los abismos azules
en
que parece dormir el verdadero Dios;
escondería
mis sublimes lágrimas
en
versos con cadencia de infinito;
y
mi primer poema sería para ti,
¡oh
mi dolor amado!
Haría
estallar en un grito supremo
un
verso frágil como una flor.
Si
existe para nosotros un mundo
en
el que se sucedan días mejores,
que
su faz no sea redonda,
sino
que se extienda sin terminar jamás…
Y
que la belleza, de puro sabida
olvidada
de continuo,
en
una sorpresa incesante
nos
proporcione una felicidad completa.
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