Surgió
hace mil años en China a partir de los juegos de dados con seis
caras, pero el nombre se lo dieron los franceses.
El
dominó es uno de los juegos
más antiguos que existen. El conjunto de fichas occidental habitual
consta de 28 piezas, pero a veces se utilizan conjuntos más grandes
de incluso 91. Los inuit de América del Norte juegan un juego de
dominó que utiliza conjuntos de hasta 148 piezas.
El
dominó nació hace mil años en China.
Algunos relatos históricos han rastreado la evidencia de la
existencia de las fichas de dominó hasta un héroe
soldado llamado Hung Ming, que vivió entre los años 181 y 234 d.C.
Otros historiadores, en cambio, creen que el creador fue el maestro
Keung T'ai Kung, que vivió en el siglo XII.
Sin
embargo, la enciclopedia china Chu sz yam (Investigaciones sobre las
tradiciones de todas las cosas) atestigua que las fichas de dominó
fueron inventadas por un estadista que vivió en el año 1120. Se
dice este estadista (cuyo nombre se desconoce) presentó la idea al
emperador Hui Tsung; una vez recibida la aprobación del emperador,
el juego habría sido distribuido al extranjero mediante una orden
imperial durante el reinado del hijo de Hui, Kao-Tsung (1127–1163).
No obstante, otros
historiadores aseguran que este texto se refiere con esto solo a la
estandarización del dominó en el resto del mundo,
y no a la invención del juego en sí.
En
China se usa la palabra ‘naipe’ para describir los juegos de
cartas y las fichas de dominó, y este término ya se menciona en el
siglo X. Las fichas de dominó chinas aparentemente fueron diseñadas
para representar todos los lanzamientos posibles con dos dados.
Estaban fabricadas de hueso y llevaban a cada lado un alfiler u ojiva
que sujetaba una lámina de ébano para ocultar al contrario los
puntos. Así nació el famoso y simbólico contraste del blanco y el
negro que identifica al dominó.
El
origen del término 'dominó'
En
Occidente, el dominó se registró por primera vez a mediados del
siglo XVIII en Italia y Francia y aparentemente fue introducido en
Inglaterra por los prisioneros franceses a fines del siglo XVIII.
Pero el nombre se lo dieron los franceses y curiosamente lo copiaron
de una capucha negra por fuera y blanca por dentro que usaban los
curas
en invierno. La palabra ‘domino’ es probable que derive del latín
dominus
(es decir, el dueño de la casa). El vocativo, domino,
se convirtió en el dominó escocés e inglés (es decir, maestro de
escuela). El dativo o ablativo, domino,
se convirtió en el dominó francés y luego se adoptó la misma
palabra en español y en inglés. Esta palabra se refirió, como
hemos mencionado, primero a un tipo de capucha monástica; luego a un
disfraz con capucha y con una pequeña máscara; luego a la máscara
en sí misma y, finalmente, a el conjunto de piezas del juego.
Versiones
contemporáneas
Muchos
de los juegos que asociamos con el dominó en Occidente
son bastante modernos. Los juegos de bloques parecen ser los más
antiguos de los que se conservaron en Europa. Pero el estilo de
dominó llamado muggins, que se juega especialmente en Estados
Unidos, data de principios del siglo XX. Además, muchos estilos de
juego que hoy podemos encontrar en páginas de juegos online y en
versiones de fichas del juego de sobremesa fueron inventados en el
último siglo. Eso sí, todos
sobre el mismo concepto de fichas, que tiene mil años de antigüedad.
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