Jesuita,
escritor
y moralista español,
máximo
representante del conceptismo
junto a Quevedo. La
concepción pesimista sobre el hombre y el mundo predomina en sus
primeras obras: El héroe (1637),
El discreto (1646) y
Oráculo manual y arte de prudencia (1647),
en las que da consejos sobre la mejor manera de triunfar. El estilo
de Gracián, considerado el mejor ejemplo del conceptismo, se recrea
en los juegos de palabras y los dobles sentidos. En Agudeza
y arte de ingenio (1648) teorizó
acerca del valor del ingenio y sobre los «conceptos», que él
entiende como el establecimiento de relaciones insospechadas entre
objetos aparentemente dispares; el libro se convirtió en el código
de la vida literaria española del siglo XVII y ejerció una duradera
influencia a través de pensadores como La Rochefoucauld o
Schopenhauer.
La
obra
cumbre
de su producción literaria, El
criticón,
(impregnada
del pesimismo barroco) describe una radiografía del errático
comportamiento del ser humano y
emprende el ambicioso proyecto de ofrecer una amplia visión
alegórica de la vida humana en forma novelada. Sus dos
protagonistas, Andrenio y Critilo, son símbolos, respectivamente, de
la Naturaleza y la Cultura, de los impulsos espontáneos y de la
reflexión prudente. Como Gracián parte del supuesto barroco de que
la Naturaleza es imperfecta, Critilo es quien salva a Andrenio de las
asechanzas del mundo y lo conduce luego a la isla de la Inmortalidad,
a través de una serie de lugares alegóricos.
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