Además de saber qué tipos de nubes cruzan el cielo, conocerlas permite predecir qué sucederá cuando las vemos.
Las
nubes son, probablemente, el fenómeno meteorológico más frecuente
del cielo. Las hay de muchos tipos, formas, texturas e incluso
colores. Formadas por los ascensos de las masas de aire y la
condensación del vapor de agua, las nubes pueden indicar situaciones
de tiempo estable, desarrollos bruscos de tormentas o fuertes vientos
en la atmósfera. Estas son las más curiosas y llamativas que suelen
aparecer sobre nuestras cabezas.
Nubes lenticulares
Confundidas
en muchas ocasiones con platillos volantes, estas nubes hacen honor a
su nombre, pues tienen
una característica forma de lente o platillo.
Aparecen en el cielo en
días de mucho viento en las capas altas,
precisamente donde se encuentran. Suelen aparecer en zonas de
montaña, cuando las masas de aire se topan con un obstáculo (la
montaña) que se ven obligadas a sortear, ascendiendo y condensando
el vapor de agua. De este modo forman la nube, que se topa con una
inversión térmica por encima. O lo que es lo mismo, la
temperatura asciende, por lo que el vapor de agua no puede
condensarse más.
Estas nubes son sinónimo de viento y suelen ser evitadas por pilotos
de vuelos a motor por su peligrosidad.
Nubes mammatus
Las
nubes mammatus o mastodónticas son muy sencillas de identificar,
pues parecen
mamas o bolsas.
En teoría no son nubes, sino ciertas formaciones
que aparecen en la base de otras nubes,
normalmente cumulonimbos, justo por debajo de su forma de yunque. Se
forman cuando el aire frío desciende y se une al aire cálido
ascendente, marcando
el limite entre un aire fresco y estable y otro mas inestable y
cálido.
Verlas es sinónimo de encontrarse cerca de una fuerte tormenta.
Cumulos congestus
Las
nubes tipo cúmulos pueden estar asociadas tanto con tiempo estable
como con complicaciones meteorológicas. Es el caso de los cúmulos
congestus, nubes con una
forma como de coliflor
y
que representan la etapa previa de una tormenta antes
de convertirse en cumulonimbos. También son nubes de crecimiento
vertical, pero no llegan a alturas como las de los cumulonimbos, sino
que permanecen
alrededor de los 5-6 kilómetros de altura.
Cuando aparecen significa que posiblemente, en unas horas, se forme
una tormenta.
Nubes undulatus asperatus
Aunque
su nombre suene a un hechizo de Harry Potter, la realidad es que son
un curioso tipo de nubes. Se caracterizan por sus ondas,
similares al oleaje del mar,
que cubren el cielo como si viéramos el océano desde el fondo
marino. Se trata de un tipo de una formación nubosa realmente
extraña y difícil de observar. Suelen ser oscuras y con
apariencia tormentosa, pero rara vez acaban produciendo este
fenómeno.
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